En mi vida pasada y presente vengo leyendo de uno a dos libros relacionados con
Bob Dylan al año. Esto podría ser mucho o poco... No todos son buenos, en realidad muchos son puras invenciones. Pero este no es el caso.
Greil Marcus, lejos de ser un biógrafo, es un interprete de la realidad o irrealidad de la cultura
pop, un periodista con
personalidad que convierte la información en elaboradas teorías.
Like A Rolling Stone, no es sólo una canción, no es un himno, no es poseía, no es sólo
rock'n'
roll.
Bille Holliday odiaba que se acercaran a ella para pedirle que cantara Strange Fruit, odiaba que el público pensara que ella podía salir y simplemente cantar. Era una canción que la transformaba, que le hacía sangrar, que la consumía... Cantarla era ofrecer el regalo más puro.
Bob Dylan hizo lo suyo con Like a Rolling Stone durante una gira, la mítica gira de conversión al R'n'R con los que luego fueron The Band. Sangró, aulló y ofreció su más precioso legado....
Después vinieron sus ocho años de silencio, de intentar reconstruirse, de intentar encontrar la forma de seguir ofreciendo su arte sin morir en el intento.
He visto a Dylan en directo muchas veces. Y sólo una vez he visto el destello salvaje, la furia, la energía arrolladora que significa Like a Rolling Stone. Escucha la interpretación que hizo en Manchester en 1966, y tal vez comprendas lo que se siente...